El hábito de estudiar a partir de imágenes y textos, más allá de ser una manera de crecer intelectualmente, tiene aspectos negativos evidentes. 

El más claro de estos es que en numerosas ocasiones se hace por obligación, lo cual significa que además del trabajo que supone aprenderse un contenido hay que gestionar el tiempo y la ansiedad que produce esta carga psicológica.

También hay otros inconvenientes, como el riesgo de ver cómo la propia salud se deteriora por pasar demasiado tiempo sentados o forzar demasiado la vista, e incluso tener dificultades para dormir.

Consejos para estudiar mejor en tu día a día

Vamos a conocer unos cuantos consejos y técnicas sencillas para mejorar nuestra capacidad deaprender. Si las aplicas a tu rutina durante los estudios de la prepa, es altamente probable que tus calificaciones académicas suban notablemente.

El País de los Jóvenes

Corta el tiempo de estudio en trocitos

Investigaciones sobre los procesos atencionales y el rendimiento de estudio muestran que es mejor controlar los ratos que le dedicamos al estudio poniendo un límite de tiempo más bien bajo para cada sesión.

Lo ideal es hacer que los ratos de estudio no superen los 30 minutos, ya que mostramos bastante más facilidad para asimilar información que nos llega en ráfagas cortas y repetidas que en una sola que sea larga y tediosa.

De lo que se trata es de mantener el cerebro al 100% en cada momento (por cierto, mantener el sueño a raya es sagrado, y para eso nada como dormir bien).

Crea una rutina para estudiar

Proponerse un horario de estudio y seguirlo no sirve sólo para ofrecer una imagen de madurez y pulcritud, ya que tiene efectos notables sobre el rendimiento de estudio.

Abordar el aprendizaje de manera desorganizada es una manera de terminar estudiando a altas horas de la noche, cuando el sueño y el cansancio hacen mella en nuestra capacidad de concentrarnos.

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Proponte (al menos) una unidad de estudio para cada sesión

Fija un tema a estudiar y estúdialo. Organizar información relacionada entre sí por el hecho de permanecer a un tema o categoría de cualquier clase es mucho más fácil que estudiar piezas de información dispersas y desordenadas.

Para eso es bueno que leas la lección una vez para crear un mapa mental de la localización de los temas en el texto y luego te focalices en cada uno de ellos.

Prepara tu material de estudio, antes que nada

Tener preparado todo lo que necesitas hará que no te levantes para ir a buscar cosas y, por lo tanto, te distraigas. Además, asociar este conjunto de objetos al estudio hará que, cada vez que lo veas, entres en la dinámica de estudiar con facilidad… ¡aunque no sabrás explicar exactamente por qué te ocurre!

Por tanto, préstale atención a la organización de los libros y herramientas que necesitas antes de sentarte a hincar los codos. Si lo tienes todo perfectamente organizado, será más fácil que logres tener todos los recursos a mano y puedas ser más eficiente durante tus horas de estudio.

Explícale la lección a otra persona

Esto es literal. El hecho de explicar en tus propias palabras lo que has aprendido es posiblemente el consejo para estudiar más valioso, ya que te aportará dos grandes beneficios. Por un lado, reformular la lección es una manera de repasar mentalmente lo que has estudiado, por lo que el tiempo que le dediques a esto servirá para asimilar mejor lo que habías estudiado antes.

Por otro lado, te servirá para autoevaluarte, detectar puntos que creías aprendidos pero que en momentos clave te dan problemas, y te ofrecen una imagen bastante fiel de tus progresos, al mismo tiempo que te preparas para elegir una carrera en el futuro.