El objetivo de la enseñanza es que los alumnos comprendan y analicen lo que se les está enseñando, el problema es que confiamos en estos exámenes para medir la comprensión, y luego seguimos adelante. Pocos de nosotros nos tomamos el tiempo necesario para abordar los puntos débiles y los malentendidos después de que los exámenes hayan sido calificados, y para entonces ya es demasiado tarde para que los alumnos se interesen. Esto significa que tenemos que replantearnos cómo abordamos la evaluación durante la clase.

Te mencionamos algunas maneras de comprobar que los estudiantes comprenden y analizan sus conocimientos:

  • 3-2-1.

Los alumnos consideran lo que han aprendido respondiendo a la siguiente pregunta al final de la lección: 3) cosas que han aprendido de la lección; 2) cosas sobre las que quieren saber más; y 1) preguntas que tienen. La pregunta estimula la reflexión de los estudiantes sobre la lección y ayuda a procesar el aprendizaje.

  • Reflexiones en el diario.

Los alumnos escriben sus reflexiones sobre una lección, como lo que han aprendido, lo que les ha causado dificultades, las estrategias que les han resultado útiles u otros temas relacionados con la lección. Los alumnos pueden reflexionar y procesar las lecciones. Al leer los diarios de los alumnos, los profesores pueden identificar los errores y los éxitos de la clase y de los individuos.

Profesor explicando su clase

Evaluación formativa con lápiz y papel

Los alumnos responden individualmente a breves evaluaciones formativas en papel de lápiz sobre las habilidades y conocimientos impartidos en la lección. Los profesores pueden elegir que los alumnos se autocorrijan. El profesor recoge los resultados de la evaluación para controlar el progreso individual de los estudiantes y para informar sobre la instrucción futura. Tanto el alumno como el profesor pueden evaluar rápidamente si el alumno ha adquirido los conocimientos y habilidades previstos. Se trata de una evaluación formativa, por lo que la calificación no es el objetivo previsto.

  • Comprobación de conceptos erróneos.

Presente a los estudiantes conceptos erróneos comunes o predecibles sobre un concepto que esté cubriendo. Pregúnteles si están de acuerdo o no y que expliquen por qué.

  • Indicación de analogía.

Periódicamente, presenta a los alumnos una analogía: “el concepto que se está tratando es como ____ porque ____”.

Frecuencia de la práctica.

Compruebe la comprensión al menos tres veces por lección, como mínimo.

  • Utilizar la variedad.

Los profesores deben utilizar suficientes técnicas diferentes, tanto individuales como en grupo, para comprobar la comprensión, de modo que sepan con exactitud lo que saben todos los alumnos. Lo más probable es que esto signifique que durante una misma clase no se repita la misma técnica.

  • Haz que sea útil.

La verdadera prueba es si puede o no ajustar su curso o continuar como estaba previsto en función de la información recibida en cada comprobación. ¿Necesita parar y volver a empezar? ¿Apartar a algunos alumnos durante tres minutos para volver a enseñar? ¿O seguir adelante?

Profesor preguntando a la clase
  • Instrucción entre pares.

Quizá la forma más precisa de comprobar la comprensión sea hacer que un alumno intente enseñar a otro lo que ha aprendido. Si puede hacerlo con éxito, está claro que ha entendido la lección.