Para estar al día de lo que está cambiando (y de lo que no), los observadores deben saber dónde mirar. El floreciente sector de la tecnología educativa, con titanes corporativos y pequeñas empresas emergentes que compiten por una parte de un mercado de hardware y software de más de 8.000 millones de dólares al año. También se presta mucha atención a los “early adopters”, es decir, a los distritos, escuelas y profesores que están haciendo los usos más ingeniosos y eficaces de las nuevas herramientas a su disposición.
Pero un importante conjunto de investigaciones también ha puesto de manifiesto que la mayoría de los profesores han tardado en transformar su forma de enseñar, a pesar de la entrada de nuevas tecnologías en sus aulas. Sigue habiendo pocas pruebas que demuestren que la tecnología y el aprendizaje en línea mejoran los resultados de aprendizaje de la mayoría de los alumnos. Y tanto los académicos como los padres han expresado su preocupación por las distracciones digitales, las formas en que el acceso y el uso desigual de la tecnología podrían ampliar las diferencias de rendimiento, y más.
¿Qué es el aprendizaje personalizado?
Muchos en el campo de la tecnología educativa ven las nuevas tecnologías como poderosas herramientas para ayudar a las escuelas a satisfacer las necesidades de poblaciones estudiantiles cada vez más diversas. La idea es que los dispositivos digitales, los programas informáticos y las plataformas de aprendizaje ofrecen un abanico de opciones antes inimaginable para adaptar la educación a los puntos fuertes y débiles de cada alumno, a sus intereses y motivaciones, a sus preferencias personales y a su ritmo óptimo de aprendizaje.
Cada estudiante debe tener un “perfil de aprendizaje” que documente sus puntos fuertes, sus debilidades, sus preferencias y sus objetivos;
- Cada estudiante debe seguir una ruta de aprendizaje individualizada que le anime a establecer y gestionar sus objetivos académicos personales.
- Los estudiantes deben seguir una “progresión basada en la competencia” que se centra en su capacidad para demostrar el dominio de un tema, en lugar del tiempo de asiento.
- Los entornos de aprendizaje de los estudiantes deben ser flexibles y estar estructurados de forma que apoyen sus objetivos individuales.
¿Cómo apoya la tecnología esta visión?
Los sistemas de gestión del aprendizaje, los sistemas de información de los estudiantes y otros programas informáticos también se utilizan para distribuir las tareas, gestionar los horarios y las comunicaciones, y hacer un seguimiento del progreso de los estudiantes.
Y el software y las aplicaciones educativas se han vuelto más “adaptativos”, basándose en la tecnología y los algoritmos para determinar no sólo lo que un estudiante sabe, sino cuál es su proceso de aprendizaje, e incluso su estado emocional.
Sin embargo, a pesar de todos los avances tecnológicos, la aplicación sigue siendo un gran reto. Las escuelas y los educadores de todo el país siguen luchando por cambiar el papel de los profesores, por encontrar un equilibrio entre los modelos flexibles y “personalizados” y los requisitos estatales y federales de rendición de cuentas que aún deben cumplir, y por el reto cultural más profundo que supone cambiar los hábitos y las rutinas de los educadores desde hace mucho tiempo.